Otro curso ha pasado y aún tenemos en el recuerdo la anterior barbacoa. Desde Septiembre hasta Junio ha llovido mucho (demasiado diríamos) pero por fin pudimos pasar un fantástico día en Gorliz gracias al descanso de las tormentas y los diluvios.
Cierto es que en un inicio la juerga se truncó obligándonos a retrasarla una semana y, así que no tuvimos oportunidad de despedirnos de la mayoría de los Erasmus. Pero al final conseguimos reunirnos alrededor 28 personas, con alguna incorporación extra a lo largo de la tarde.
El día empezó cuando dos intrépidos socios decidieron montar guardia desde la mañana. Pese a que el cielo se volvía plomizo a momentos, no era capaz de eliminar y cortar las ilusiones de los AEGEEnianos.
Sobre las dos empezó la fiesta. El equipo de las compras llegó a la par de los ERASMUS. Reencuentros, nuevos conocidos y anécdotas nos acompañaban entre bocado y bocado. La velada fue fantástica, con la fantástica comida acompañada por sangría recién elaborada y unas birras frescas ¡E incluso el sol, que durante la mañana se ocultaba tras los mantos de las nubes, decidió dar acto de presencia por la tarde!
Gracias a los rayos de sol y una temperatura agradabley ya con la barbacoa finiquitada, decidimos terminar el evento bajo las luces del atardecer en la playa de Gorliz. Aunque las aguas del cantábrico seguían estando gélidas, no amedrentó el afán y la ilusión de despedir esta veraniega tarde con un chapuzón bajo las suaves olas.
Pero por desgracia, pese a los días se alargan hasta bien entrada la tarde-noche, el sol decidió refugiarse. Aun así, la fiesta y el jolgorio no decayeron, sino que las desplazamos hasta el Casco Viejo de Bilbao. Los pocos supervivientes se reunieron a tomar unos potes.
No nos vamos a olvidar de Hans que se ofreció de buen grado a mantener las brasas encendidas y por ello permitió llevar a buen puerto la barbacoa.
¡GOODBYE ERASMUS PEOPLE!